Por Michael Panfil | Director General, Control de Riesgo de Propiedades, Aon Global Risk Consulting
Administrar un negocio en un ambiente dinámico donde surgen constantemente riesgos emergentes es un gran desafío para la gestión efectiva de riesgos. Construir resiliencia en el terreno de cambio de riesgo debe ser un objetivo de todas las organizaciones, pero eso requiere un cambio en la manera que los riesgos son evaluados.
Históricamente, el enfoque de la gestión de riesgos ha sido volver a la normalidad, cualquiera que esta sea para una organización determinada. Un concepto de resiliencia va más allá de volver a las operaciones normales. La resiliencia se trata volver a una posición mejor que la anterior.
El riesgo es algo más que el estado de una empresa hoy, o en un momento determinado. El tiempo es esencial para la consideración de amenazas en evolución y por tanto también es más importante entender el impacto de las condiciones futuras. Esto significa que los profesionales del riesgo deben considerar el impacto del cambio climático en las personas de sus organizaciones y sus activos. Hacer esto puede tener muchos beneficios, además de fortalecer los activos y reducir las pérdidas. A medida que los países y estados desarrollan reglas sobre informaciones del cambio climático, el cumplimiento de los requisitos legales y las expectativas de los accionistas será más simple para las organizaciones que tienen una ventaja inicial.
El impacto del cambio climático sobre las propiedades cambiará, actualmente así como en 20 años o más en el futuro. Los ejemplos incluyen: mayor frecuencia y gravedad de las olas de calor y las sequías, sobrecarga de los suministros de energía y los sistemas de control; lluvias intensas y aumento del nivel del mar contribuyendo a inundaciones más severas; y modelos de cambio en tormentas convectivas severas, lo cual puede dañar edificios e interrumpir negocios.
Las organizaciones deben tomar ventaja del modelo de riesgo climático como un puente entre la ciencia y las soluciones. Utilizar esta tecnología es útil para la respuesta de preguntas críticas como por ejemplo:
- ¿Cómo serán los riesgos inmobiliarios si se considera el cambio climático?
- ¿Qué necesitarán las organizaciones para reducir esos riesgos futuros, y así las organizaciones sean más fuertes y resilientes?
Informar las estrategias de reducción y resiliencia
El modelo de riesgo ha sido llevado a cabo durante años, por Aon y otros, con buenos resultados. Este esfuerzo por cuantificar el riesgo ha sido mejorado continuamente a medida que informaciones perdidas son añadidas y se mejoran los modelos. El modelo predictivo actualmente se enfoca en la cuantificación de los impactos del cambio climático. Esta información y cuantificación del riesgo puede ayudar a mejorar la disminución del riesgo y las estrategias de resiliencia que consideran el impacto del cambio climático.
Identificar los riesgos emergentes de propiedades puede revelar oportunidades para desarrollar planes de reducción que mejoren la resiliencia de los negocios a largo plazo. Por ejemplo, una planta de fabricación que se encuentre a pocas millas de la costa del Golfo puede no haber experimentado daños o pérdidas por tormentas de vientos o marejadas. Pero ese mismo lugar en 10 ó 20 años pudiera tener una exposición muy diferente debido a los cambios en las condiciones climáticas. Eso podría llevar al propietario de la planta a hacer una mayor inversión para disminuir el riesgo y así compensar el aumento de la exposición.
Opciones de disminución de riesgo en la propiedad
Reacondicionar o fortalecer los activos existentes para que resistan los peligros de la propiedad puede ser costoso. En algunos casos, tomar esas acciones podría probar que la inversión vale la pena. Construir un edificio bajo un código de construcción superior, es decir, mayor que el requerido actualmente por el código de construcción, es una decisión difícil para los dueños de propiedades. Sin embargo, con la información y cuantificación correcta del riesgo los dueños de propiedades pueden tomar decisiones informadas sobre la disminución de riesgos para varios peligros, incluyendo inundaciones y tormentas convectivas severas (SCS).
La gravedad y la volatilidad de los siniestros siguen siendo elevadas para las inundaciones y el SCS. La National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) reportó 28 desastres del tiempo y climáticos separados en el año 2023, que causaron daños de $1 billón o más. De los 28, cuatro fueron inundación y 17 involucraron clima severo, granizadas y tornados.
Tomando una perspectiva global, el informe sobre Catástrofes y Clima de 2024 de Aon establece que cerca de 400 desastres naturales ocurrieron en el año 2023, provocando pérdidas económicas por encima del promedio de $380 billones. El reporte añade que el año 2023 fue el año más caliente registrado y que las tormentas convectivas severas fueron los peligros más dañinos para las aseguradoras. Prepararse para dichos eventos es más que prudente; es esencial para proteger vidas y propiedades.
Un buen lugar para comenzar con estrategias de reducción de riesgos y resiliencia es “dentro de la cerca” de una propiedad determinada y luego considerar el impacto del riesgo climático en un área más amplia y la región. A continuación algunas cosas que los dueños de propiedades deben considerar para mejorar su resiliencia:
- Visualizar el impacto del riesgo a diferentes niveles. Determinar las opciones de exposición y disminución de la ubicación, área de alrededor y región más amplia. Si ocurriera una inundación o clima severo, ¿cómo afectará el lugar y sus operaciones?
- Considerar la vida útil de los activos. La longevidad de un bien determinado varía según el propietario. Algunos pueden mantener una propiedad por décadas, mientras otros pueden vender bienes frecuentemente. El tiempo que el propietario elija mantener una propiedad puede influir en su nivel de inversión para disminuir el riesgo climático.
- Diseñar para los riesgos del cambio climático. Un paso crítico hacia la resiliencia es diseñar bienes teniendo los riesgos del cambio climático en mente. Los dueños de propiedades deben permanecer alertas y promover acciones similares a nivel local y regional, no solo en sus propiedades. Por ejemplo, los votantes de Harris County, Texas, aprobaron un bono de $2.5 billones como fondo para la resiliencia de inundaciones luego del huracán Harvey del 2017, que trajo un cantidad record de lluvia y ocasionó daños sin precedentes al sistema de drenaje del condado.
Resiliencia y optimización del riesgo financiero
Lograr la resiliencia ofrece muchas ventajas para los dueños de propiedades. Una obvia es la rápida recuperación de eventos climáticos. Otra ventaja es la habilidad para optimizar el riesgo financiero, especialmente la transferencia de riesgos. En un tiempo donde el costo para asegurar propiedades permanece alto, poner en práctica la resiliencia puede hacer una gran diferencia. Tener una mejor información sobre el costo total de los riesgos y medir la resiliencia son útiles para la optimización de inversiones de reducción y obtener precios, términos y condiciones favorables de las aseguradoras. Los dueños de propiedades deben consultar a un asesor con experiencia en riesgos al inicio del proceso para ayudarlos a tomar mejores decisiones sobre los bienes, aún antes de que los planes sean puestos por escrito, para aumentar la resiliencia y las opciones de financiamiento del riesgo.
Fuente: https://info.businessinsurance.com/AON_RP_June2024.html
