Revista Seguros: La Guerra Arancelaria y su posible impacto en el mundo de los Seguros

26 de mayo del 2025

[ACTUALIZACIÓN] La imposición de aranceles a Europa vuelve a aplazarse hasta el 9 de julio tras la llamada de la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen a Trump, como reacción al anuncio de un arancel del 50% a la UE a partir del 1 de junio.

Por Luis Luna

La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos está marcando un periodo de profunda transformación en el comercio internacional. Hemos entrado de repente en una era de incertidumbre en la que la tregua de 90 días, anunciada por Trump, puede variar considerablemente el escenario. Nos vamos a permitir, en las siguientes páginas un ejercicio de ciencia (no) ficción sobre qué podría ocurrir en el mundo de los Seguros. Una advertencia para aprensivos: absténganse de seguir leyendo (o no).

Este conflicto, que involucra a importantes socios comerciales como China, Canadá, México y la Unión Europea, empieza a generar una cascada de efectos que está impactando en diversos sectores económicos, y alcanzará también al del seguro.

Si no se produce un cambio de situación, en la línea de la tregua parcial de 90 días que pueda variar el escenario, se prevé que las repercusiones en el sector asegurador no serán pasajeras sino que exigirán adaptaciones estratégicas a largo plazo por parte de las compañías.

En abril de 2025, el panorama arancelario global se caracteriza por una serie de medidas impuestas por Estados Unidos que ha establecido un arancel base del 10% sobre las importaciones procedentes de casi todos los países. Adicionalmente, aplica aranceles más elevados a las naciones con las que mantiene los mayores déficits comerciales. China, en particular, enfrenta aranceles que alcanzan hasta el 145% en algunos productos. Sectores específicos como el acero y el aluminio están gravados con aranceles del 25%, al igual que los automóviles y sus componentes.

En respuesta a las medidas estadounidenses, varios países han anunciado sus propias represalias arancelarias. China aplica ya aranceles del 125% sobre una amplia gama de bienes importados desde Estados Unidos. La complejidad y la constante evolución de estas políticas arancelarias, con anuncios repentinos, suspensiones y modificaciones, especialmente por parte de Donald Trump, generan un clima de incertidumbre para las empresas involucradas en el comercio internacional.

Esta volatilidad dificulta la planificación a largo plazo de las cadenas de suministro y las estrategias comerciales, lo que a su vez complica la labor de las aseguradoras en la evaluación y gestión de los riesgos asociados.

Ciencia (no tan) ficción

A partir de este punto, jugaremos a aventurar lo que podría ocurrir. Y para ello, usaremos la narración en tiempo presente. La imposición generalizada de aranceles tiene un impacto directo en el volumen del comercio internacional, provocando una notable reducción de las importaciones estadounidenses. Las empresas se ven obligadas a reevaluar sus cadenas de suministro, lo que conduce a un aumento de los costos de transporte y logística.

La necesidad de buscar proveedores alternativos, especialmente fuera de China, genera retrasos en las entregas y congestión en los puertos. Si bien algunos sectores consideran la posibilidad de relocalizar la producción en Estados Unidos, esta estrategia resulta costosa y requiere un tiempo considerable para su implementación.

Las alteraciones en las cadenas de suministro no solo incrementan el riesgo de interrupción de negocio, sino que también pueden comprometer la calidad de los bienes y servicios. La urgencia por diversificar las fuentes de suministro puede llevar a las empresas a establecer relaciones con nuevos proveedores que no cuentan con los mismos estándares de calidad que sus socios comerciales anteriores. Esta situación incrementa la probabilidad de reclamaciones de seguros relacionadas con la responsabilidad del producto o la negligencia profesional.

Un factor adicional de preocupación es la dependencia de ciertos minerales críticos provenientes de China. Cualquier restricción a la exportación de estos materiales por parte de China, en respuesta a los aranceles estadounidenses, podría generar interrupciones significativas en sectores clave como la electrónica y las energías renovables, creando riesgos asegurables complejos y potencialmente de gran magnitud.

La guerra arancelaria afecta de manera intensa a ciertos sectores económicos, lo que a su vez se traduce en un aumento de los riesgos asegurables. La manufactura, especialmente aquella que depende de componentes importados, se enfrenta a importantes problemas debido al aumento de los costes.

El sector de la electrónica también se ve gravemente afectado por los aranceles sobre semiconductores y otros componentes. La industria del automóvil padece mayores costes tanto en la importación de vehículos como de piezas.

El sector textil también sufre el impacto de los aranceles. La agricultura se ve perjudicada tanto por los aranceles estadounidenses como por las represalias impuestas por otros países. Y el sector de la construcción experimenta un aumento en los costes de materiales esenciales como el acero y la madera.

La bola comienza a rodar. Las dificultades económicas en estos sectores se transforman en un mayor riesgo de insolvencia y quiebra de empresas, lo que a su vez incrementa las reclamaciones de seguro de crédito comercial.

Las empresas con operaciones internacionales se encuentran con un aumento de los riesgos políticos debido a la incertidumbre generada por las subidas arancelarias. Además, se observa una mayor exposición a riesgos relacionados con el transporte y la carga de mercancías. La concentración de los impactos negativos en sectores específicos podría impulsar una mayor especialización dentro de la industria aseguradora, con compañías desarrollando productos adaptados a las necesidades particulares de estos sectores de alto riesgo.

La imposición de aranceles genera un aumento significativo en los costes de importación, lo que contribuye a una mayor inflación general y a un incremento de los precios al consumidor.

Más inflación

Este aumento de la inflación también eleva el valor de los bienes asegurados, como inventarios, equipos y propiedades. Los costes de reparación y reemplazo de automóviles y propiedades aumentan debido a los aranceles sobre los materiales y componentes importados. Además, los costes generales de liquidación de siniestros también se ven afectados por la inflación.

En este contexto, las aseguradoras deben reevaluar sus modelos de valoración y ajustar las primas para reflejar el mayor valor de los bienes asegurados y el incremento en el coste de las reclamaciones en un entorno inflacionario impulsado por los aranceles.

Ante la probabilidad de interrupciones en las cadenas de suministro globales, las aseguradoras podrían necesitar desarrollar coberturas más específicas para la interrupción del negocio causada por eventos geopolíticos y comerciales.

De esta forma, el seguro de carga experimenta un importante auge. El valor del cargamento aumenta por los aranceles, lo que provoca que los asegurados incrementen sus límites de cobertura.

Los retrasos en las cadenas de suministro llevan a una mayor acumulación de carga en puertos y almacenes, con el riesgo de pérdidas significativas en un solo evento. Además, se observa un posible aumento en las tarifas de almacenamiento debido a las complicaciones en los procesos aduaneros. El incremento en el valor de la carga también la hace más atractiva para el robo, elevando este riesgo para los transportistas y almacenistas.

En este contexto, las aseguradoras de carga deben evaluar cuidadosamente los límites de cobertura y las medidas de seguridad de sus clientes, considerando el entorno de mayor riesgo y el valor elevado de los envíos internacionales.

El seguro de crédito comercial experimenta un aumento en la demanda debido al incremento del riesgo de impago por parte de compradores internacionales en un entorno comercial incierto. La incertidumbre económica y comercial añade complejidad a la suscripción de este tipo de seguros. Se anticipa un posible aumento en las tasas de insolvencia empresarial, lo que incrementa aún más la necesidad de protección contra el riesgo de crédito comercial. Las aseguradoras de crédito comercial se enfrentan a una mayor demanda, pero también necesitan ser más selectivas en la suscripción y considerar el aumento del riesgo de incumplimiento en un entorno comercial global volátil.

La guerra arancelaria impulsa un mayor interés en el seguro de riesgos políticos como una herramienta para protegerse contra las decisiones gubernamentales adversas que pudieran afectar el comercio y la inversión internacional. Este tipo de seguro ofrece cobertura contra eventos como la expropiación, la violencia política, la inconvertibilidad de divisas, la cancelación de licencias y la frustración de contratos debido a decisiones políticas.

En resumen, la guerra arancelaria tendría profundas y variadas consecuencias para el sector asegurador. El aumento de los costos, las disrupciones en las cadenas de suministro y la incertidumbre económica generarían nuevos y complejos riesgos. Las aseguradoras responderían principalmente a través de un aumento en la oferta de productos existentes como el seguro de crédito comercial y de riesgos políticos, y desarrollarían coberturas más específicas. La adaptación y la innovación serían clave para que el sector asegurador pudiera seguir desempeñando su papel fundamental en la disminución de los riesgos asociados con el comercio internacional.

Pero recordemos que todo esto que hemos contado, al cierre de esta edición, entra en el campo de la probabilidad. Veremos si se cumple.

Fuente: https://mediadoresseguros.madrid/revista-seguros-la-guerra-arancelaria-y-su-posible-impacto-en-el-mundo-de-los-seguros/